Para poder acabar con la destrucción masiva de la naturaleza y con la impunidad con que ésta se produce, necesitamos abordar grandes cambios de comportamiento personal y también de estructura económica-social, que nos conduzcan a una relación de armonía con la naturaleza.
La introducción de una ley internacional de ecocidio es uno de estos cambios necesarios para establecer el correcto marco legal al que deberá ajustarse la actividad económica y así protegerse el planeta y a todos los seres que lo poblamos.